Sucesos de interés en el desarrollo de la estadística
A continuación se presenta una relación cronológica de diferentes sucesos que nos permiten tener una idea general de la evolución de la estadística.
Dos hechos contradictorios en la historia de la estadística
La estadística y el nazismo
Tal y como quedó dicho, R. A. Fisher constituye una figura capital en el desarrollo de la estadística moderna, y se puede incluso decir que es quizás
la más importante e influyente; sin embargo, también existen zonas de sombra en su importante trabajo. A raíz de los descubrimientos de Charles Darwin sobre el mecanismo hereditario de evolución de las especies, surgió una nueva teoría científica (?) denominada e u g e n e s i a, término acuñado por Francis Galton en 1883, quien era por cierto sobrino de Darwin y “descubridor” de las huellas digitales.
Podríamos definir la eugenesia como la ciencia que estudia cómo mejorar la raza humana, proporcionando los mecanismos para que las características que se consideran como mejores se desarrollen más rápidamente que las inadecuadas. Se trata por tanto de dirigir de forma cont rolada la selección natural . En cuanto escuchamos esta definición, enseguida nos viene a la mente el nazismo y sus teorías de superioridad de la raza aria, limpieza étnica y demás.
Desgraciadamente, no sólo muchos matemáticos sino también un gran número de científicos de otras especialidades fueron defensores de las teorías eugenésicas. La lista de los científicos que, al menos inicialmente, prestaron su apoyo a dicha teor ía es lamentablemente muy grande. Ent re los estadísticos hallamos a Galton, a Pearson y sobre todo a Fisher.
En 1933, el gobierno alemán, presidido por Hitler, promulgó la ley de esterilización eugenésica, que puede considerar se ya como el antec edente de los ex terminios perpetrados en los campos de concentración y de las atrocidades cometidas en nombre de una supuesta experimentación médica en dichos campos.
Aunque en 1930 Huxley, Haldane, Hogben, Jennings y otros biólogos renombrados comenzaron a reaccionar en contra de lo descabellado de muchas ideas propugnadas por la eugenesia, ya era demasiado tarde puesto que dichas ideas habían logrado difusión e importancia, y no sólo en los regímenes fascistas europeos: un importante biólogo americano, Charles Davenport, financiado por la Carnegie Foundation, creó el Eugenics Record Office en 1910, y miles de americanos llenaron un “registro de rasgos familiares”, que era una especie de pedi-greefamiliar.
Y fumar, ¿produce cáncer?
Hacia 1920 se observó un gran incremento de los fallecimientos debidos al cáncer pulmonar. Aunque había trabajos previos sobre la posible relación entre el hábito de fumar y el cáncer de pulmón, como los de Lombard y Doering (1928) y Müller (1939), no será sino hasta la década de los cincuenta –con los trabajos de Wynder y Graham (1950) y sobre todo de Doll y Hill (1952 y 1959)– que la cuestión cobrará verdadero interés e incluso propiciará agrios debates en la opinión pública. Este último trabajo, publicado en el British Medical Journal, es un estudio de casoscontroles, donde los casos eran los pacientes que habían ingresado en ciertos hospi tales con diagnóstico de cáncer de pulmón, mientras que los controles eran pacientes cuyo ingreso se debía a otras causas. A ambos tipos de pacientes se le interrogaba sobre sus hábitos de fumar tabaco, de inhalar otros gases y otros posibles agentes etiológicos. Las encuestas fueron efectuadas por personal “ciego”, en el sentido de que desconocía el propósito del trabajo. El resultado fue que los casos y los controles tenían una exposición similar a todos los posibles factores de riesgo, salvo el tabaco, con los siguientes resultados:
Si efectuamos los cálculos, el odds ratio es de 9.1, y dado que las tasas de cáncer de pulmón en la población son bajas, puede interpretarse como un riesgo relativo de padecer cáncer de pulmón de los fumadores f rente a los no fumadores. El resultado es estadísticamente significativo, con un nivel de confianza inferior a 0.001.
Sin embargo, estos trabajos recibieron numerosas y fuertes críticas de personalidades tan respetadas como Joseph Berkson, estadístico principal de la Clínica Mayo. Incluso Jersy Neyman puso objecciones. Pero quizás el principal paladín de esas críticas fue nada menos que el gran R. A. Fisher, quien en 1958 publicó un ar tículo ti tulado “Cigaret tes, cancer and statistics” en el Centennial Review, y dos artículos en la prestigiosa revista Nature titulados “Lung cancer and cigarettes” y “Cancer and smoking”.
En 1954, Doll y Hill comenzaron un estudio prospectivo, de cohortes, en el que se efectuaba un seguimiento de médicos británicos y se estudiaba la posible asociación entre las tasas de mortalidad y el hábito de fumar tabaco, que corroboró no sólo los resultados anteriores sino también una mortalidad más rápida debida también a ot ras causas –fundamentalmente enfermedades coronarias– entre los fumadores.
A medida que la evidencia se fue acumulando, tanto Berkson como Neyman fueron cambiando de opinión, aunque Fisher permaneció irreductible en su posición. Otro gran estadístico, Jerome Cornfield, y cinco expertos más del Nacional Cancer Institute, de la American Cancer Sociaty y del Sloan-Kettering Institute, escribieron un artículo en 1959 en el que se revisaban los diferentes trabajos publicados al respecto, así como las objeciones que habían sido planteadas tanto por Fisher como por Berkson y Neyman y el propio Tobacco Institute, demostrando la abrumadora evidencia a favor de la tesis de que el hábito de fumar es una causa importante del aumento en la incidencia de
cáncer de pulmón.
Fuente: LaCienciaYElHombre
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