El 36% de los electores decidió su voto con la campaña

campaña electoral

Las mayores dudas entre los votantes se produjeron entre el PP y Ciudadanos y entre el PSOE y Podemos

Las elecciones generales del pasado 20 de diciembre, que tendrán que repetirse el próximo 26 de junio, se decidieron en los 15 días de la propia campaña. La encuesta poselectoral del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), conocida ayer, revela que casi cuatro de cada diez ciudadanos decidieron su voto durante esas fechas previas a los comicios. El importante porcentaje de indecisos dudó mayoritariamente entre votar a los partidos tradicionales o a las formaciones emergentes. Cerca de un 80% declara no arrepentirse de su voto. Mientras, el PP mantiene el electorado más fiel.

La campaña electoral del pasado 20-D resultó decisiva para el voto de un 35,9% de los ciudadanos, según ha confirmado ahora el barómetro poselectoral del CIS, la encuesta que más información ofrece para comprender el comportamiento de los votantes. El 17,6% decidió durante la última semana de campaña a quién votar y el 9,3%, incluso, el mismo día de las elecciones.

Las mayores dudas se produjeron entre votar a los partidos tradicionales o a los nuevos, fundamentalmente, entre el PP y Ciudadanos o entre el PSOE y Podemos. El sondeo revela también por qué Podemos e Izquierda Unida están negociando ahora una coalición para concurrir el 26-J: la indecisión entre apoyar a unas u otras siglas fue alta entre su electorado.

El 62,8% de los encuestados afirma que tenía su papeleta decidida antes de que comenzara la campaña, el pasado 4 de diciembre. Pero el restante 36% —excluidos quienes no contestan— tomó su decisión influido por la campaña, es decir, en los 15 días que preceden a las elecciones, lo que da idea de lo importantes que resultan los mensajes o la actuación de los partidos en la recta final para los comicios y de cómo pueden movilizar o desmovilizar a los ciudadanos. Más aún, parece, en un escenario novedoso para los españoles como es el sistema multipartidista.

Los dirigentes de Podemos, por ejemplo, que presumen de haber logrado el pasado diciembre una remontada tras su tendencia a la baja en las encuestas, suelen decir que con una semana más de campaña habrían mejorado mucho sus resultados. Algo hay de cierto, según trasluce el sondeo, porque hasta el 32,6% de sus votantes se inclinó por darles su apoyo la última semana. La volatilidad afectó más, como es lógico, a los partidos nuevos. Ciudadanos también convenció a última hora al 37% de sus respaldos.

La encuesta del CIS, realizada entre enero y marzo con 6.242 entrevistas, confirma que las elecciones se dirimieron en gran medida en la dicotomía entre lo nuevo y lo viejo. Las mayores dudas de los votantes se produjeron entre apoyar al partido tradicional de centroderecha (PP) o al de centroizquierda (PSOE) o a quien vendría a ser su homólogo emergente: Ciudadanos, en el caso popular, y Podemos, en el socialista. Así, un 17% de los que dudaron entre respaldar a un partido o a otro dirimió su decisión entre PP y Ciudadanos, y un 11,6% dudó entre hacerlo entre PSOE y Podemos.

Los electores también percibían como compatibles, no obstante, al PSOE y Ciudadanos (el 9,6% dudó entre ambos) y, a pesar de las diferencias mostradas después por Ciudadanos y Podemos durante las negociaciones de Gobierno, un 8,4% dudó en las urnas entre decantarse por uno de los dos. Este último porcentaje podría —o debería— reducirse ahora, toda vez que los partidos de Pablo Iglesias y de Albert Rivera se han demostrado incompatibles tras su llegada al Parlamento, y se han resituado ideológicamente. Ciudadanos en el centroderecha, y Podemos más a la izquierda que IU, según los perciben los electores.

Entre los indecisos destaca también que un alto porcentaje, un 9,3%, dudó entre votar a Podemos o a Izquierda Unida-Unidad Popular, que ahora se encuentran en plena negociación para concurrir juntos a las urnas. Y un 6,2% tuvo dudas entre PP y PSOE, a pesar de que los socialistas defienden que su proyecto político es antagónico al de los populares.

El CIS poselectoral, que analiza el comportamiento de los ciudadanos en las elecciones precedentes y suele ser escudriñado por los partidos en busca de claves, descubre también un dato que apunta a una posible repetición del voto del pasado 20 de diciembre en la próxima cita electoral, aunque con matices. Hasta un 78,4% declara que volvería a votar lo mismo si hubiese conocido de antemano los resultados del 20-D, cuando el PP fue la primera fuerza, con 123 escaños, seguido por el PSOE (90), Podemos (69) y Ciudadanos (40).

En todo caso, ello no significa que casi ocho de cada diez vayan a hacer lo mismo el 26 de junio. Hay que tener en cuenta que la encuesta se realizó entre enero y marzo, tres meses en los que se han sucedido las negociaciones de las que, solo al final —ya en abril—, se ha conocido que conducían a una nueva cita en las urnas. Así, las tripas del CIS no ofrecen de forma contundente la clave que ansían dilucidar las formaciones: a quién responsabilizan los ciudadanos del fracaso de la formación de Ejecutivo y de la repetición de los comicios.

Más bien, el dato viene a validar la tendencia que muestran también otras encuestas, como las de Metroscopia para EL PAÍS, según las cuales los ciudadanos no añoran el bipartidismo que se ha mantenido en España los últimos 40 años. Según los datos del clima social de abril, la mayoría de los ciudadanos (70%) avala el actual escenario multipartidista.

Metroscopia apunta a un aumento de la abstención en esta repetición. La encuesta del CIS da una pista sobre a quién afectó más la abstención la anterior cita. si quienes no fueron a votar el 20-D lo hubiesen hecho, habrían apoyado sobre todo al PSOE (un 27%) y al PP (24%).

Fuente: El País

 

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